Es una de las preocupaciones estéticas más comunes de los pacientes que acuden a consulta. La apertura del folículo pilosebáceo al exterior de la piel se produce, principalmente, por la hipersecreción de sebo (grasa) y pérdida de elasticidad, haciendo que sea visible y se pierda la uniformidad aterciopelada de la piel.

Afecta a las áreas con más producción de sebo, localizadas en frente, mejillas y mentón. Su abordaje es multidisciplinar, individualizado y debe acompañarse con una adecuada rutina diaria.